viernes, 15 de junio de 2012

Tiempo para mi

El tiempo del ocio es un tiempo para hacer algo exclusivamente por nosotros mismos. Lo que significa esto nos lo enseña perfectamente cualquier niño que está jugando: se encuentra tan sumido en su actividad que se olvida completamente del tiempo y no se plantea nunca si el juego le va a conceder algo. A este estado se le denomina flow, "fluir", y lo podemos alcanzar cuando estamos concentrados totalmente en nuestro quehacer, con una especie de despreocupación del ser que nos permite olvidar todo lo demás. Cuando cuidamos las plantas con pasión, jugamos, bailamos, amamos con intensidad, conversamos animadamente, reímos hasta que se nos saltan las lágrimas..., mayor es nuestra calidad de vida.
Cuanto más experimentamos el flow, más felices somos, con una felicidad que no depende de bienes materiales sino de saber controlar nuestra propia y única vivencia.Si juzgamos nuestra vida por la frecuencia e intensidad con que experimentamos flow, tendremos una escala de valores distinta que si miramos nuestros ingresos o el tamaño del coche. Pero para alcanzar este estado debemos cultivarlo. Hemos de atrevernos a enfrentarnos a nuestra propia vida, también a nuestro tiempo libre y buscar retos a nuestra medida. Debemos tener en cuenta que el ocio debe ser personal y no una imposición. Debemos percibir las resistencias laborales,sociales, familiares y costumbres que no nos dejan disfrutar del ocio para vencerlas. Debemos aprender a decir "no" a todas las ofertas y promesas que nos llegan desde fuera y que pretenden apoderarse de nuestra ya escasa atención para hacernos consumir cosas que reportan más a los demás que a nosotros mismos.

Cuando eso ocurra, podemos formularnos estas dos preguntas: "¿Tengo que hacerlo necesariamente? ¿Quiero hacerlo realmente?". Para encontrar una respuesta clara es necesario tener las ideas bien claras sobre cuál es el norte de nuestra vida. Solo cuando sepamos lo que realmente es importante para nosotros podremos encontrar la fuerza necesaria para el cambio personal; algo que resultará más fácil cuantos más aliados encontremos, cuantas más personas con ideas afines nos apoyen. Porque la felicidad, como tantas otras cosas, también resulta contagiosa.

          Resumen basado en el libro de ULRICH SCHNABEL " La felicidad de no hacer nada"

martes, 5 de junio de 2012

Viajar es vivir

Viajar también es vivir.
 Acabo de llegar de un circuito por Austria. ¡ MA-RA-VI-LLO-SO !.
La ciudad de Viena, los Alpes y el Tirol, Innsbruck, Salzburgo...Precioso de ver y, mucho mejor de sentir, oler, apreciar y llenarte con todos tus sentidos de la belleza que puedes captar de todo lo que te rodea.
Es increíble las cosas que se aprenden viajando. Se aprende........del camino, de la gente, de la compañía, del compartir, de lo que es diferente....en definitiva, se aprende.... del propio caminar.
Poquito a poquito voy cumpliendo uno de mis sueños, conocer otros lugares, otras gentes, otras culturas, otras formas de actuar, de ver la vida y de concebir el mundo.
Aprendes a ser más tolerante, más comprensivo, más humano.
No pierdas la oportunidad de viajar, si este es uno de tus sueños. Vive y experimenta en la gran Universidad de la vida y lo que el mundo te ofrece.
Muchos besos.
Marinat