martes, 26 de febrero de 2013

Cómo me relaciono


¿Colaboro en la libertad del otro y en la mía en cada una de mis relaciones? ¿Me siento libre en mis relaciones?
 
Somos entidades dinámicas y precisamos libertad en nuestra vida para poder manifestarnos de una forma genuina, creativa y responsable.
 
¿Uso la manipulación, como arma o como herramienta, para conseguir controlar a la otra persona?
 
La manipulación es un vicio común a través del cual gustosos infundimos sentimientos de culpa, sólo para poder gobernar los movimientos del otro. Este vicio está tan arraigado en nosotros que a menudo somos inconscientes de ello.
 
Una idea bastante común sobre el amor es que éste requiere sacrificio. Nada más lejos de la verdad. Cuando amo doy por el placer de dar y encuentro una recompensa en ese acto. Cuando tengo que dar sin ganas de amar, entonces es cuando si necesito del sacrifico. Cuando en una relación nos vemos obligados a llevar a cabo ciertos sacrificios para manifestar nuestro amor de forma que la otra persona lo entienda, o porque la otra persona así lo exige, estamos renunciando a esa libertad esencial para el desarrollo de nuestra personalidad, y además no estamos dando amor, estamos traficando con las emociones, dando “afecto” para que nos lo devuelvan.
 
Sentirme libre. Mostrar quien soy. Sin preocupaciones acerca del que dirán. Sin miedo a ser rechazada, sin miedo a no gustar. Sin sentirnos juzgados y sin juzgarnos a nosotros mismos es más placentero y diría que más fácil sino fuera tan difícil eso de dejar de juzgarse a sí mismos.
Cuando me muestro como soy, me acepto y me gusto, y lo transmito. Si yo me acepto y puedo mostrarme libre, ser autentico, entonces soy más atractivo porque ser autentico es atractivo. Así puedo encontrar más personas que me aceptan.
 
Cuando doy libertad al otro, aceptándole sin juicios, no solo el otro puede mostrarse sin miedo. Sino que también me estoy dando la libertad a mí mismo.
¿Colaboro en la libertad del otro y en la mía en cada una de mis relaciones? ¿Me siento libre en mis relaciones?

Somos entidades dinámicas y precisamos libertad en nuestra vida para poder manifestarnos de una forma genuina, creativa y responsable.

¿Uso la manipulación, como arma o como herramienta, para conseguir controlar a la otra persona?

La manipulación es un vicio común a través del cual gustosos infundimos sentimientos de culpa, sólo para poder gobernar los movimientos del otro. Este vicio está tan arraigado en nosotros que a menudo somos inconscientes de ello.

Una idea bastante común sobre el amor es que éste requiere sacrificio. Nada más lejos de la verdad. Cuando amo doy por el placer de dar y encuentro una recompensa en ese acto. Cuando tengo que dar sin ganas de amar, entonces es cuando si necesito del sacrifico. Cuando en una relación nos vemos obligados a llevar a cabo ciertos sacrificios para manifestar nuestro amor de forma que la otra persona lo entienda, o porque la otra persona así lo exige, estamos renunciando a esa libertad esencial para el desarrollo de nuestra personalidad, y además no estamos dando amor, estamos traficando con las emociones, dando “afecto” para que nos lo devuelvan.

Sentirme libre. Mostrar quien soy. Sin preocupaciones acerca del que dirán. Sin miedo a ser rechazada, sin miedo a no gustar. Sin sentirnos juzgados y sin juzgarnos a nosotros mismos es más placentero y diría que más fácil sino fuera tan difícil eso de dejar de juzgarse a sí mismos.
Cuando me muestro como soy, me acepto y me gusto, y lo transmito. Si yo me acepto y puedo mostrarme libre, ser autentico, entonces soy más atractivo porque ser autentico es atractivo. Así puedo encontrar más personas que me aceptan.

Cuando doy libertad al otro, aceptándole sin juicios, no solo el otro puede mostrarse sin miedo. Sino que también me estoy dando la libertad a mí mismo.
                                             Recogido de Potenciandote.com