Si nuestra almohada hablara, probablemente contaría muchas
cosas, nuestros
sueños, pesadillas, nuestros desvelos y angustias, así como
también cada una de
nuestras lagrimas que hemos depositado en la alcancilla del
silencio, y de la cual
curiosamente perdimos la cuenta de ellas; o peor aún, nos hemos
acomodado
acomodado fielmente a nuestros deseos frustrados o amores
recordados,
hemos hecho de la almohada nuestra mejor confidente, día a día
fantaseamos
con algo diferente a lo que nuestra realidad nos ofrece, y ese
sueño se
convierte en una obsesión que muchas veces se apodera de nuestra
alma y nos
desafía a lograr eso que tanto queremos lograr, hacer, o ser;
tratando de
derribar todos los obstáculos que se nos presenten; pero al
final nos damos
cuenta que tenemos que pagar un precio si queremos alcanzar ese
sueño que
tanto anhelamos, y ese precio a veces nos permite ganar y otras
perder; nos
aventuramos a un porvenir que desconocemos dejándonos llevar
nuestro deseo,
decidimos emprender ese viaje aunque no siempre tenga un feliz
retorno.
¿Qué viaje has emprendido para alcanzar ese sueño?, cual ha sido
o es ese
precio que tienes que pagar por ver tu deseo realidad?
a veces tomamos ese vuelo sin saber que nos deparará, pensando
que todo va a
ser felicidad, belleza, y prosperidad. Pero al final el precio
de ese sueño
dependerán de cada una de las decisiones que tomemos, algunas de
ellas nos
harán reír, otras llorar, amar o aborrecer, perdonar o condenar
y morir o vivir;
y todas ellas las compartimos con nuestra almohada cada noche
deseando que
hablara y nos diera un buen consejo, o lo que tanto queremos
escuchar, quien
guarda el recuerdo de lo que fuimos, la realidad de lo que somos
y el futuro de
lo que nuestras decisiones de hoy harán de nosotros mañana...
pero al final, siéntete feliz, si amas, lloras, y sueñas, eso
significa que estás VIVO.
Autor: GLENDA ESMERALDA CABRERA MARTINEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario